COMPLICACIONES

viernes, 12 de septiembre de 2008

 


El lobo se situó frente a mí, utilizando su cuerpo como escudo. Me percaté que en su apta izquierda llevaba su pantalón. El lobo me miró con tristeza un instante. El bebé lloraba lo intentaba calmar pero el notaba la furia que desprendía el aura de Cayo. El lobo rugió, en ese instante aparecieron 3 vampiros más. Dilaté las pupilas al sentirme inútil, pues no podía luchar debía estar pendiente del bebé, él era lo realmente importante ahora, de pronto un lobo blanco apareció justo al lado de Jacob, era mi hermano lo sabía. Cayo gritó mirando al cielo furioso, en su respuesta cinco vampiros más aparecieron justo detrás de los anteriores. Tres de ellos se abalanzaron sobre Eric y con sus garras empezaron a herirle.-¡Eric!- grité inconscientemente. Mi hermano esbozó algo parecido a una sonrisa y se sacudió estampando a los vampiros contra la pared. Otro lobo acudió en nuestra ayuda, ese lobo … lo recordaba era uno de los prisioneros de mi padre. ¿Qué hacía ahí? Visualicé a Jacob luchando con Cayo. Me horrorice, Jacob tenía una herida en el cuello echa por las uñas de cayo. Jacob gruñó y alcanzó el brazo de Cayo quien se separó del cuerpo. Cayo chilló y observó a Jacob con odio. El bebé de pronto agarró mi dedo meñique lo observé había dejado de llorar y me observaba con sus ojos verdes, muy parecidos a los míos. Su piedra brillaba al igual que la mía. Para mi sorpresa algo parecido a un campo de fuerza nos rodeó, era color purpura como mi piedra, por suerte mi espíritu lobo se había percatado de un atacante y lo había activado… o había sido… levanté la vista de nuevo al ver que algo rojizo saltaba por los aires. -¡JACOB!- grité atemorizada, miré a Cayo, este sonrió. Sus ojos habían cobrado un brillo distinto, disfrutaba con la lucha y aún más de su contrincante. Jacob no se movía, vi como ese pervertido se abalanzaba sobre él, tragué saliva asustada, ¡No lo podía permitir! - ¡TÚ, CAYO!- Cayo desvió la vista hacia mí y dilató las pupilas. - ¿Cómo has hecho eso?- Mis ojos ahora eran color sangre y mi tez pálida. Cayo corrió hacia mí ansioso. Sin duda había funcionado la ilusión. Daba gracias por tener ese don. Salté para que Cayo me persiguiera y a la vez darle tiempo a Jacob para que se recuperara. Los demás licántropos luchaban con los restantes vampiros. Para mi sorpresa Jacob estaba perdiendo sangre y lo peor de todo, ¡su forma!- Tu lobo tiene un cuello bastante sensible, muy bueno para cortarlo…- Me asuste, intenté llegar a él pero me había acorralado. Gruñí. De pronto una sombra me cogió con fuerza y me alejó de Cayo. Sorprendida miré.- ¡PETER!- Él sonrió.- No voy a dejar que Jacob se lleve todo el mérito. Miré hacía donde hacia unos segundos Jacob yacía inconsciente. - ¿Dónde está?- dije atemorizada. - ¿Dónde está?- repetí sacudiendo a Peter. El rió y desvió mi cara hacía donde, ahora Jacob se encontraba mordiendo con sus dientes y su forma lobuna a Cayo.- Parece mentira que no sepas que se cura a la velocidad de la luz.- dijo entre risas y gestos. – El bebé volvió a llorar. Miré a Eric y al otro licántropo, ellos estaban bien. Entonces… ¿Por qué lloraba?.

BELLA P.O.V:

Sentía como los brazos fríos de Edward rodeaban mi cuerpo. Sentía su cuello en mi cara por lo que deduje estar en brazos. La velocidad era enorme. Visualicé su perfecto rostro ahora borroso a causa de mi mareo, estaba perdiendo sangre, ¿tendría una hemorragia? Miré al otro lado dónde mi primo intentaba deshacerse de los vampiros que se acercaban y barraban nuestro paso. – Debemos llevarla a Carlisle.- Dijo Joni preocupado. Edward sin dejar de acelerar su paso asintió. De pronto giremos una esquina, sentía como mis fuerzas se debilitaban, era el fin. Me abracé aún más a Edward y logré llegar a su oreja.- Te amo…- susurré débilmente. Lo último que oí fue un.- ¡NO!- la negrura invadía todo. Estaba asustada y tenía frio, mucho frio. Parecía que el tiempo no avanzaba, todo era silencio. Me iba… - ¡Edward debes hacerlo!- sentí una voz muy débil.- ¡Hazlo ya!- no entendía el significado de esas palabras.- ¡VAMOS! ¿Quieres perderla?- identifiqué la voz de mi primo. - ¡HAZLO!- noté unos fríos, pero a la vez dulces, labios en mi cuello y una fuerte presión. Una lágrima se deslizó por mi mejilla. Y un calor inundó mi cuerpo. Mis ojos se abrieron de par en par. La boca de Edward estaba llena de sangre.- ¡QUEMA!- exclamé. Edward me abrazó.- Mi amor tranquilízate, pronto pasará.- ¡QUEMA!- Mi cuerpo ardía.

EDWARD P.O.V:

– Veo que te me has adelantado, Edward Cullen.- Sin dejar de abrazar a Bella, la que ahora para salvarla de la muerte debía conducirla a ella, a una muerte eterna, a ser un monstruo como yo, miré ya allí se encontraba Aro, acariciado el cuello de Joni, quien gruñía al encontrarse paralizado por uno de los dones de Aro. De pronto Bella gritó. No podía alejarme de su lado, pero debía enfrentar a Aro. De pronto Joni gruñó, noté en él algo que jamás había presenciado. De pronto no escuchaba ningún pensamiento y Aro había dilatado las pupilas y él era el que ahora se encontraba paralizado.-¿Cómo lo has hecho?- Joni relajó su cara ahora furiosa y parpadeó perplejo. –No… No… No lo sé- De pronto sonrió y se puso a bailar. – puedo bloquear dones, puedo bloquear dones.- Decía mientras tarareaba y bailaba. – ¡Chúpate esa viejo verde!- Parpadeé. Ahora lo entendía. Joni era una especie de agujero negro. Absorbía los poderes de los demás. Él lo no sabía. Por eso los Vulturis temían que lo despertara.- ¡JONI, NO DEJES DE HACER ESO!- Joni paró de cantar y reír y se concentró seriamente en Aro, era un chico bastante peculiar. Aro lo miraba con ira. – Joni no dejes de hacerlo pero acércate y agarra a Bella. Debes llevarla arriba. Pronto los demás llegarán allí, tenemos un plan… pero yo antes debo solucionar algo.- Dije matando con la mirada a Aro. Jamás volvería a tocar a Bella.- Me reuniré con vosotros en cuanto termine.- Joni asintió y se dirigió con Bella en sus brazos a la salida.

Aro recuperó la movilidad. Me abalancé sobre él. Sentí como la furia de la bestia se apoderaba de mí. Lo golpeé y lo lancé hacía la pared y con una rapidez sumamente espectacular lo agarré del cuello.- No sabes con quien te has metido…- Aro sonrió.- Suaves labios los de Bella.- Me enfurecí. La razón de mi eternidad, de mi felicidad había estado sometida a el forcejeo de los labios de Aro. Apreté aún más su cuello contra la pared. – No volverás a trocarla…- dije arrugando el morro. Aro rió. – Será mía…- me retó. La bestia de mi interior se despertó y en un rápido movimiento arrancó la cabeza de Aro y desmembranó su cuerpo. Por suerte el tío de Bella me había prestado una de sus granadas. “Úsala si le ha puesto una mano encima” me dijo. La tiré y para mi sorpresa sin emitir ruido alguno explotó esparciendo las cenizas de Aro. Cogí unas pocas para asegúrame su destrucción y me apresuré a alcanzar a Joni y a mi dulce vida.

ALEX P.O.V:

El niño de pronto sonrió. Visualicé a Joni llevando a Bella en brazos. Joni corrió a nuestro lado.- Se está convirtiendo.- dijo con la voz entrecortada a causa de haber corrido. - ¿Qué? Dijimos al unísono Peter y yo. - El bebé … ¿Cómo está?- dijo este preocupado. Pero antes de poder responder…- ¡QUEMA!- gritó Bella.- ¡Qué alguien apague el fuego!- se encontraba con los ojos cerrados y sudando, sin duda la transformación era dolorosa. Un gruñido lobuno llamó mi atención. Jacob le quitó el otro brazo a Cayo. Aún así este no se rendía y llamaba a su parte extraída para volver a unirla. Jacob emitió algo parecido a una risita y de un bocado le arrancó la cabeza. Peter silbó y le lanzó una de nuestras granadas. Jacob de pronto recuperó su forma y se la lanzó al cuero y los restos de Cayo. La explosión no emitió ningún sonido. Se colocó los shorts y esquivó a los demás vampiros hasta llegar a mí. Me besó apasionadamente y me observó. -¿Estás bien?- Sonreí y le entregué el bebé a Peter para poder abrazar a Jacob.- ¡Te he echado de menos!- El me devolvió el abrazo con más fuerza y me volvió a besar. Cogí al bebé nuevamente y instintivamente miré a mi prima. Seguía delirando cuando de pronto una mano pálida le agarró la suya.- Ya estoy aquí… - Era Edward. Podía ver dolor en su mirada.

(Idea original de Stephanie Meyer// Idea del Fic: Ann, Vero y Ale)


1 comentarios:

Anónimo dijo...

AAAAAAAAAAAAAA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

JAJAJAK CAXONDO JONI K SE PONE A CANTAR JAJAJA
K MONO EL BEBE
Y EDDI
BN SEGID ASI
BSSS [*...KAROL...*]