COMPLICACIONES

martes, 9 de septiembre de 2008

 


Un pequeño avión donde lo imposible estaba sucediendo, como presagio a un gran apocalipsis que acabaría con la existencia de muchos; la situación mas bizarra estaba en pleno apogeo, Vampiros, licántropos y Cazadores compartiendo el mismo lugar, el mismo aire pero ante todo el mismo objetivo rescatar a sus seres mas preciados de una cruel horda que no merecía agruparse a la par con ninguno de ellos, por que su enemigos eran la personificación de la maldad, aquella que te cala hasta los huesos y que a los humanos indefensos les produce pesadillas mientras se preguntan a que hora vendrá kl cruel monstruo matarlos, la mente de todos un hervidero y ahí uno de ellos tratando de aislar ensordecedores pensamientos, mientras otro se consumía por el odio y el desespero de los demás como si ya los suyos propios no fuesen suficientes.

En medio de todos un licántropo que siempre mantenía la sonrisa grapada as u rostro ahora solo veía a el vacio roto de dolor por la ausencia de su alma, en su mente revivía momentos con Alex como si así pudiera traerla de vuelta a su lado, recordaba su sonrisa, sus hermosos cuerpo cuando estaba desnudo sobre el suyo, su olor único y maravilloso, pero ante todo ese hermoso ojos verdes que le hacían creer que siempre había esperanza, que lo hacían soñar despierto con un momento donde nada importara solo ellos dos, en medio de su fantasía, esos hermoso orbes trasfiguraron el verde por un rojo intenso, caso borgoña y junto a eso el horro sacudió su mente, ahora ya no veía a su Alex, ahora vea solo a el objeto de Cayo y su corazón se estremeció de dolor, NO!! Rugió su mente eso no pasaría el no o permitiría.

Sentado a el lado del desesperado joven se erigía la presencia intimidante de Edward Cullen, aquel lector de mentes siempre solitario, el mayor ejemplo de dominio, de autocontrol, Edward Cullen, el esposo, el padre que en un instante había perdido lo único importante en toda su eternidad, un Edward Cullen que cargaba con los pensamientos de todos y el dolor de cada uno, un Edward que solo se reprochaba haberse atrevido a soñar con ser feliz, haber codiciado un ángel para luego condenarlo a el infierno, se reprochaba su misma existencia, lo débil que había sido al no alejarse de ella, su egoísmo por atreverse a tener lo que el cielo le había negado…la felicidad, pero ahora este vampiro atormentado por su ser, solo tenia en mente a su amada, a su hijo, fallar no era una opción; no le interesaba el precio, pero ellos estarían bien aunque tuviese que atravesar el mismísimo infierno para lograrlo, en su mente surcaban los recuerdos del cálido tacto de Bella, del rítmico sonido del corazón de su hijo y la sinfonía de vialidad que segundo tras segundo a dúo con el de su madre componían para el, sabia que el tiempo era poco pero, mientras hubiese la mas minúscula posibilidad lucharía y seguro como el infierno que ganaría.

Todos sumidos en sus pensamientos, todos alimentado odio y rencor pero solo Jasper teniendo que cargar con las emociones de cada uno, Jasper era letal, el mejor en batalla, pero ahora el odio lo consumía, solo exigía venganza por Bella su hermana, por dos cazadores cuyo único error fue confiar en ellos, atreverse a nacer siendo lo que eran, estaba seguro de desgarraría parte por parte a esos infelices que tocaron su familia, sus amigos. Todos se miraban con prevención aunque ahora no había rivalidad, Jensen Shuno pegado a su Laptop triangulando posiciones junto con Steve Denali, los demás sumidos en sus pensamientos mientras Paul suavemente giro hacia Jensen

—Oye tío, una pregunta…— El aludido levanto la vista mientras observaba a Paul con curiosidad

—A Leo que le gusta, es decir que la haría feliz?— pregunto con aire serio, Jensen solo lo observo perplejo como era posible esto…

—Haber idiota, Joni, Alex y Bella están a el borde la muerte y tu me preguntas por los gustos de mi hermana menor, la bebe de la casa?— lo acuso —Sinceramente no se reírme de lo jodidamente inoportuno que eres o golpearte por idiota—

En la cara de Jacob se dibujo una triste sonrisa —Golpéalo, sin duda, yo voto por esa opción— dijo sin animo, Marcus lo miro con ira contenida.

—No te mato idiota solo por que necesitamos con que entretener a los Volturis, si no…—dejo su amenaza inconclusa de forma insinuante mientras Edward y Jasper ponían los ojos en blanco, Paul era un idiota y eso era seguro, por lo menos el estúpido suceso sirvió para distraerlos hasta llegar, por fin estaban en el área, solo en cuestión de minutos podrían entra en acción, mientras se preparaban, un olor bastante conocido se filtro en el aire mientras tras ellos se erigieron sombras intimidantes, todos adoptaron posición de defensa a la par que encaraban a los recién llegados…licántropos, fuertes, salvajes e intimidantes, Marcus fue el primero en reconocerlos, eran los mismos licántropos que el mantenía prisioneros, los mismo que un día había cazado…

—Marcus yo de ti empezaba a correr han venido a matarte— Dijo con falso tono de preocupación Jensen mientras señalaba los licántropos, su padre le lanzo una mirada asesina aunque no podría negar que estaba realmente preocupado y creía exactamente lo mismo.

—No han venido a pelear— intervino Edward, ate lo que los licántropos lo miraron expectantes.

—Puedo leer sus mentes y sean bienvenidos, de verdad apreciamos su ayuda, no nos queda mucho tiempo— dijo a los inesperados aliados

—Vienen por Alex, ella los ayudo en una ocasión, ahora que han escuchado su canción saben que los necesita y estan dispuestos a dar su vida por ella, pero advierten que una vez termine esto, serán nuestros enemigos, aun mas cobraran venganza contra Marcus— dijo Edward ahora a su familia.

—A Alex siempre le han simpatizado los de nuestro tipo— dijo divertido Eric a un Jake estupefacto.

De pronto detrás de la niebla aparecieron nuevas sobras. El padre de familia, Marcus sonrió. La vampira más pequeña de estatura lo miró satisfecha. -¡Habéis venido!- Nuevos aliados de la familia Shuno se encontraban frente a ellos, eran unos 20 cazadores dispuestos a acabar de una vez por todas con sus enemigos.

Ahora ya no había más plazos, el infierno se desataría allí.

BELLA P.O.V:

Trataba de contener los gritos, pero este dolor era mas fuerte de lo que mi cuerpo podía soportar, había roto bolsa hacia media hora, el bebe debía nacer, no habían posibilidades del parto seguro y premeditado que tanto se había planeado con Carlisle para recibir a mi bebe y Edward a mi lado sosteniendo mi mano, no, ahora mi hijo debía nacer en medio de un calabozo siniestro, solo con la ayuda de un nervioso Joni y una sorprendida Alex y bajo la inspección de 3 vampiros con complejo de dioses, acaso podría ser peor?.

Mientras el dolor se esparcía en mi ser y luchaba por respirar sentía como el bebe trataba de abrirse paso por mi estrecha pelvis… el dolor nacía en la parte baja de mi vientre y se esparcía por todo mi ser, deseaba gritar, solo que eso alimentaria el espectáculo morboso que Aro, Cayo y Marco disfrutaban mientras nos observaban, la inconsciencia amenaza con apoderase de mi, pero no podía permitir eso, mi bebe debía nacer y mientras mi sangre se esparcía por el sucio piso una idea nació en mi, si solo conseguir distraer un momento a los vampiros, el tiempo justo para que Alex escapara con el bebe, yo sin duda moriría aquí, pero si solo conseguía que ella pudiera llevar sano y salvo a mi bebe junto a su padre..Ese era un único camino que quedaba yo moriría hoy, pero mi hijo no.

-EMPUJA!!!- Me apremiaba Alex quien trataba de traer con vida a el bebe mientras Joni se paseaba sigiloso anteponiéndose a nosotras dispuesto a luchar por defendernos y entonces, el dolor se hizo aun mas profundo, mas agónico y sentí como la vida de mi hijo era separada de la mía, Alex sonrió al contemplar a mi hijo

—Es precioso —susurro, entonces Joni se giro y miro con verdadero cariño a el bebe mientras se despojaba de lo que quedaba del saco que había traído en la recepción para así envolver a esta frágil criatura en él, Alex lo acerco a mi y yo me esforcé por mantenerme consiente, cuando mis manos tomaron a el pequeño ser que acababa de traer a el mundo ya no hubo dolor solo la mas grande felicidad, aun sucio de sangre como estaba se alcanzaba a vislumbrar una hermosa cara perfectamente esculpida, rasgo demasiado familiares para mi, rasgos iguales a los de Edward su padre y cuando abrió sus pequeños ojos para mirarme unos deslumbrantes ojos verdes de anonadaron, ahora era incapaz de saber si esos ojos pertenecían a la sangre de Alex o eran la herencia de un Edward humano, lo único seguro es que jamás contemple semejante perfección y mientras volvía ala realidad del lugar en el que estábamos otro dolor surgió pero esta vez en mi alma, debía decirle adiós, morirá ahora sin haber gozado su compañía, era el momento de la despedida, acaricie con suavidad su hermoso rostro

—Te amo bebe, mas que a nada en el mundo, serás muy feliz con tu papá, el te venera— y tras depositar el ultimo beso sobre su frente se lo entregue a Alex quien me miraba con sorpresa, en ese momento se escucho como abrían las rejas del calabozo y me apresure a hablar

—Alex, cuando entren y vean a sangre perderán el control y entonces debes huir, solo tu puedes hacer que mi hijo sobreviva, Alex confió en ti para que lo lleves sano y salvo a su padre a Edward y por favor diles a ambos cuanto los amo— y mientras pronunciaba tan difíciles palabras el llanto volvió a mi al imaginar la familia que pude tener y ahora jamás vería, si tan solo hubiese podido besar a Edward una vez mas, Alex negaba con la cabeza pero en su corazón sabia muy bien que era la única solución posible.

—Alex, tiene razón debes salvar a el bebe, a mi primito yo no abandonare a Bella— intervino Joni y el horror volvió, estaba loco, claro que el también debía irse pero por lo visto no entendería razones, la puerta finalmente se abrió y tal como esperaba ante el olor de mi sangre y la vista de esta emanado de mi los dos guardias perdieron el control y arremetieron, en ese momento Joni empujo a Alex fuera de la celda y esta tras una ultima mirada hecho a corre llevando mis esperanzas con ella, los vampiros retrocedieron Joni se adentro en el calor de la batalla, yo lentamente llegue a la reja de la celda y cuando Joni fue obligado a retroceder saliendo así; cerré la reja, jamás permitiría que mi primo ni nadie muriera por mi, Joni me miro consternado y yo solo susurre “ayuda a Alex” y estuve dispuesta a enfrentar mi final, antes que los vampiros pudieran seguir me puse en su campo de visión extasiando con mi sangre sus sentidos y entonces cerré ,los ojos esperando el final…

Cuando esperaba el dolor algo completamente inesperado sucedió, un grito de furia se escucho a la par que el ruido de otra pelea llego a mi, entonces abrí los ojos sobre saltada solo para contemplar la mas hermosa de las alucinaciones, Edward estaba de pie delante de mi agazapado como el mas letal de los predadores y uno de los vampiros yacía decapitado en un rincón mientras el otro lo miraba con horror, mi visión volteo el rostro hacia mi como constatando el daño que había sufrido y al ver la sangre; sus ojos se oscurecieron mientras daba muerte a el ultimo de mis verdugos.

ALEX P.O.V:

No tenía tiempo que perder, ni pensamientos del destino que le había deparado a mi prima, el bebé tenía que sobrevivir, y al ser yo la más ágil de los tres, era mi deber cumplir con el cometido. Corrí como nunca, utilizando mis poderes de cazadora. Me metí por un atajo en el que paré a observar como seguía el bebé. Lo acaricié y miré su mano derecha. Sonreí. – Tienes unas marcas preciosas.- Le dije sin pensar. Tenía la media Luna en la palma y la cicatriz de las garras en el brazo. Abrí su puño y allí se hallaba, la piedra color rojo… la mía era lilosa pero la suya era realmente preciosa, esa piedra sería su arma, su espada. Me percaté del olor a vampiros cerca. Envolví a l bebé nuevamente y salté por una pequeña ventana que me condujo a otro pasadizo. Los vampiros olían la sangre del bebé. Tenía que sacarlo de allí como fuera. Oí gritos y algo parecido a rugidos. Visualicé la salida que daba a la recepción de los Vulturis. Corrí como nunca pero algo barró mi paso. – Vaya, vaya… mi dulce Alex… ¿dónde crees que vas?- dilaté las pupilas al encontrar a Cayo frente a mí. Se abalanzó con la intención de agarrar al bebé pero logré saltar y colocarme a su detrás. No era tiempo de luchar, debía salir… Cayo volvió a interponerse en mi camino con total rapidez. – Entrégame el niño.- Tragué saliva y negué con la cabeza, el bebé empezó a llorar. Cayo gruñó y de nuevo se abalanzó sobre mí. Intenté escapar cuando de pronto me agarró el brazo. Intenté soltarme pero no dio resultado. Clavó sus uñas sobre mi y sonrió al ver mi sangre. – Si me lo entregas lo cuidáremos juntos mi pequeña esmeralda…- dijo pícaramente.- ¡Jamas!- Le di una patada en sus partes, tenía esa mala costumbre pero pareció funcionar. Volví a correr. Esta vez sentí sus uñas en mi cuello.- ¡ME ESTAS CANSANDO CAZADORA!- dijo en un gruñido furioso. De pronto mostró sus dientes y en un rápido movimiento se acercó a mi cuello. Intenté correr pero no podía. De pronto una garra rasgó la cara de Cayo y lo mandó a la otra punta de la sala. Sonreí al ver un hermoso lobo de tres metros rojizo frente a mí.

(Idea original de Stephanie Meyer// Idea del Fic: Ann, Vero y Ale)

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