UNA VISITA INESPERADA (parte 4)

viernes, 11 de julio de 2008

 


Los nervios empezaban a apoderarse de mí. No iba a permitir que la transformación de Bella fuera en esas condiciones. Dimitri se acercaba cada vez más a Bella. Me puse en posición, mi afán de protegerla era mucho más fuerte como para seguir con la fachada de despreocupación. - ¡Dimitri!- una voz apagada e infantil se oyó en el fondo de la sala. – Creo que no debemos ser descorteses. Hicimos un pacto … supongo que lo más honrado será respetarlo. – Miré con cara de desconcierto al pequeño Alec. Su mirada no me gustaba nada y su mente estaba en blanco sin lugar a dudas no quería que supiera de sus pensamientos. Me inquietaba esa mirada. Pero si con eso podía garantizar, al menos por un tiempo, la seguridad de Bella, no importaba. Dimitri retrocedió. Saltaba a la vista que los pequeños mellizos tenían un gran poder en el clan. – Perdonad la descortesía … Aro manda recuerdos, en especial a ti Carlisle Cullen- Enfatizó en nombre de mi padre. Seguramente los Vulturis empezaban a temer por su posición entre los vampiros; habíamos pasado a ser sus enemigos …

Algo me llamó la atención. Los Vulturis iban saliendo de nuestra casa, pero Alec se quedó observando a Andrew el cual sonrió. Odiaba esta sensación. Empezaba a entender a Alice cuando se ponía nerviosa al no ver nada. Alec me dedicó una mirada – Nos vemos pronto Edward- mi mirada fue de desconfianza. Algo tramaban, pero pronto descubriría que era.

Noté las cálidas manos de mi meteoro apretando con fuerza mi camiseta. Seguramente estaba muerta de miedo. La abracé. Pude notar más lejana la presencia de nuestros últimos visitantes. Sin embargo, Tanya y los suyos seguían aquí. Bella no estaba del todo segura. Miré a Andrew para intentar penetrar en su mente, pero no lo logré. Debía llevarme a Bella de allí. Miré a mi padre y él asintió. Lo más seguro para Bella era permanecer lejos de nuestros invitados, pero eso sí, no lejos de mí.

Entrelacé mi fría y dura mano con la cálida y suave mano de mi amada. Dediqué una despedida con la cabeza y nos dirigimos a la puerta. De pronto Clarise se interpuso entre nosotros.- ¡Edward, espera un momento! ¡Bella, como ya sabes mis hermanos han estado perseguidos por esa panda de …!- Mi nueva hermana suspiró. Ella ahora también era parte de esa “panda”. – Los cazadores tenemos un objeto que pone en alerta a los demás cazadores que se encuentran alrededor. Los humanos no pueden oírlo.- Bella se quedó sorprendida escuchando a su prima. A pesar de leer sus intenciones, yo también estaba sorprendido. Clarise cogió uno de sus collares y se lo quitó del cuello. - ¡Bella, solo tienes que soplar en él! Eric y Yo … acudiremos en tu ayuda. – Bella no correría ningún peligro, no mientras yo fuera su sombra, y eso era exactamente lo que sería a partir de ahora.

BELLA P.O.V:

Todo eso me desconcentraba. Por un momento pensé que, por fin iba a rozar la eternidad, una eternidad llena de felicidad junto a él, el ser más perfecto y maravilloso sobre la tierra. A pesar de que la alegría me hubiese invadido, un miedo empezó a recorrer cada parte de mi ser. ¿ Estaría, ya, preparada? Además … mi conversión tenía que ser producida por el ser al que más amaba en el mundo, Edward Cullen.

Rocé el collar que me había entregado mi prima; era parecido al típico collar de cazador, muy parecido al que aún yacía en su cuello. Me lo coloqué. Tuve el impulso de abrazarla, pero sabía que aún no tenía el auto control suficiente como para que una humana, imán de los peligros, la abrazara.- ¡gracias Clarise … ahora te abrazaría pero …!- esboce una sonrisa.- No te preocupes recibo el abrazo a distancia- rió- Por favor primita cuídate mucho- miró a Edward el cual esbozó media sonrisa.- Recibe un beso a distancia- me dijo entre risas. Me empecé a reír. Edward me agarró de mi cintura y me dirigió a la puerta. -¡Esperad! ¡No podéis iros! – La voz calmada de aquel vampiro de facciones parecidas a las de Edward detuvo nuestra marcha.



(Idea original de Stephanie Meyer// Idea del Fic: Ann, Vero y Ale)

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