EL COMIENZO (parte 4)

viernes, 13 de junio de 2008

 


Habían pasado dos meses desde el incidente y ya nada era igual, Marcus ya no venía a la cafetería después de clases, incluso evitaba cualquier contacto hacia otras personas. Era como si huyera de todo cuanto le rodeaba. Los primeros días intenté por todos los medios pedirle una explicación, ¿qué demonios era lo que me atacó en el callejón?¿Era por eso que ya no quería que me acercara a él?¿De verdad me quería? Eran tantas las preguntas que deseaba formularle ... Pero me harté de seguirle e intentar obtener alguna respuesta, inclusive había pensado devolverle su collar …

Me fui a casa con la rutina que me acompañaba últimamente de tropezar con el último escalón de las escaleras que conducían a la salida principal de mi facultad; allí estaba él, ausente, quieto e inexpresivo, noté como su mirada se clavó en mí cuando tropecé, pero aún así no hizo el gesto amable de ofrecerme su ayuda para facilitarme el poderme levantar, como otras muchas veces había hecho. Recogí mis cosas sin dejar de clavar mi mirada en su rosto cansado y me dirigí a mi vehículo.

Llegué a casa, con la esperanza de que Julia y su esposo, Carlos, ya no estuviera allí, puesto que esta noche se iban con unos amigos a pasar la noche en la playa. Por una vez después de mucho tiempo, la mala suerte que perseguía a los Swan, no me sonrió. Allí estaba la nota, la nota que me salvaría del interrogatorio habitual sobre como me habían ido las clases en la facultad:

-Querida Bea:

Cómo supongo que recordarás, esta noche nos vamos a la playa con los amigos de Carlos. Tienes la cena en la nevera, cualquier cosa me llamas.

Un beso:

Julia Swan

Dejé la nota colgada en la nevera, y seguidamente la abrí, y allí estaban , como no, los huevos fritos con patatas que tanto me gustaban a mí, no pude evitar reírme al recordar a mi hermano Charlie con su habitual cara de satisfacción cada vez que mamá los preparaba.

Los calenté en el microondas, y poco a poco, sin hambre, empecé a comerlos mientras veía la televisión. De repente el reloj dio las 12 de la noche, ¡no me lo podía creer!, ¿tan lenta había cenado? Me apresuré a lavar los platos y a ponerme el pijama. Volví a bajar a la cocina para tirar la basura. Cuando abrí la puerta me llevé un susto de muerte:

-¿Marcus?-Chillé, estaba lleno de heridas. Dejé caer la bolsa con la basura dentro y corrí hacía él. -¿Qué demonios te ha pasado?- le pregunté mientras le agarraba el rostro- Está…está…está muerta- dijo. Entonces me percaté que de sus hermosos ojos verdes brotaban lágrimas- ¿De qué estás hablando Marcus, quien está muerta?- le dije mientas me desesperaba al verle así- Mi… mi hermana- Entonces me abrazó y se puso a llorar aún más intensamente. Intenté levantarlo, pero no pude-Marcus, entra en casa y explícame mejor- le dije en tono calmado para evitar ponerle aún más nervioso, puesto que no estaba nada tranquila, me rompía el corazón verlo así.

Una vez dentro me volvió a abrazar-He hecho todo lo que he podido, pero eran muchos- me dijo entre sollozos- ¿Quiénes eran, Marcus?- le dije sin dejar de abrazarle- Esos malditos Chupasangres … - dejó de abrazarme y me cogió de los hombros- ellos… esas sucias sanguijuelas- ¡no estaba entendiendo nada!- Ellos han matado a mi hermana, juro que lo intenté pero nos superaban en número … y … - Volvió a abrazarme.-¿Marcus de qué me estás hablando?-dije por fin. Volvió a apartarse y me miró con sus ojos verdes llenos de ira- ¿Te acuerdas de el callejón?- asentí con la cabeza, empezaba a entender- Lo que te atacó en el callejón era … -suspiró- era un vampiro Bea- había dejado de llorar para ponerse serio-Un…Un… ¿un vampiro?- Tartamudeé.- Sí Bea, existen ,y tú lo has visto con tus propios ojos, creo que … Bea- mi nombre pronunciado por su boca le provocó un pequeño sobresalto a mi corazón- ¿Tú … me quieres?- Dijo para mi asombro, pero me quedé callada- ¿Estarías dispuesta a estar con migo aun que fuera un bicho raro?- lo miré extrañada- Marcus, yo te no te quiero, jamás te he querido- proseguí y vi que en su cara se reflejaba dolor, así que me apresuré a añadir- Yo te amo Marcus, la palabra querer es demasiado poca cosa para decir lo que siento por ti- su cara se iluminó y suspiró- Entonces creo que va siendo hora de contarte algunas cosas … - me dijo mientras me besaba la frente.

Me sentó en el sofá y me miró fijamente, me agarró la mano y me obligó, suavemente a que le agarrará el brazo derecho.-Una vez me preguntaste porque toda mi familia lo lleva tapado, ¿recuerdas?- volví a asentir con la cabeza, siempre llevaban un guante negro que llegaba hasta mitad del brazo.-Pues bien es por esto- con mi mano hizo retirarle el guate-¿Qué demonios …?- proseguí- Sí, todos tenemos estas dos cicatrices.-En efecto, allí estaban dos cicatrices, una en forma de media luna en medio de la palma de la mano y la otra, parecía como si un enorme garra de animal le hubiera arañado, situada en el brazo. Además me señaló el collar que siempre llevaba en su cuello-Este collar es nuestra arma-me dijo-Es la espada que te salvó la vida-me quedé desconcertada, ¿Cómo era posible que ese insignificante y minúsculo collar fuera esa enorme espada?-¿Quieres saber la historia?-me pregunto-Sí,sí-le dije con imapciencia-pero mientras la escucho, ¿me permites que te desinfecte esas heridas?- en su rostro apagado se dibujo aquella sonrisa, mi sonrisa favorita, la que hacía que todo en esta vida tuviera sentido. Volví con el alcohol y el algodón-Bien ,¿preparado para la tortura?- le sonreí agitando la botella de alcohol- Lo soportaré- dijo. Seguidamente me limité a curar una a una sus heridas y él empezó a hablar.- ¿Has oído hablar de los quileute?- me dijo. –Por supuesto, vivo en Forks, ¿recuerdas?- oí su risa y noté como mi corazón iba dando saltitos al oírla. – pues bien ¿sabes la leyenda de Taha Aki? – claro que la sabia, Billy el amigo quileute de mi hermano la contaba cada vez que nos reuníamos todos en la playa- Sí, la sé.- le dije mientras desinfectaba la herida de su pecho, cosa que me hizo pintar un rojo en mis mejillas- Bien pues, Taha Aki, tuvo varios hijos, y como es normal, múltiples nietos, uno de ellos era una mujer, una mujer que resultó convertirse en loba, al igual que su padre y, por supuesto, de su abuelo. Un día…- prosiguió, la verdad la historia empezaba a interesarme, pero no entendía que tenía que ver con todo lo de los vampiros y su familia.- Esta olfateó el rastro de un vampiro, estuvo tres días andando en su forma lobuna; y por fin llegó a su objetivo, allí estaba su presa, débil y cansada. Justo cuando se apresuró a atacarla, aprovechando lo débil que se encontraba, se percató que era uno de la tribu, aquel chico que desde bien pequeña le llamaba tanto la atención. Se trasformó en mujer, dejando a relucir todo su cuerpo desnudo y se acercó a él, este intentó huir-No te quiero hacer daño, apártate de mí-dijo el muchacho-¿no ves en lo que me voy a convertir?- La muchacha, pero, siguió avanzando y por fin logró alcanzarle- ¿Cómo te ha ocurrido?- le dijo la voz femenina. El muchacho confesó que hacía tiempo que la amaba, y que sabía que Taha Aki no vería con muy buenos ojos el que su nieta estuviera con un chico “normal”, así que siguió a los lobos y los vio atacando a uno de esos seres chupasangres e intentó ayudarlos, este lo atacó, pero logró escapar, al darse cuenta de lo que se llegaría a convertir huyo; la muchacha, le agarró la mano, y le dijo que nada ni nadie los separaría jamás, que no le importaba lo que fueran, ni lo que los demás pensaran. El chico no estaba del todo trasformado cuando se unieron en un solo ser, así que de esa unión salió un niño con estas dos marcas que te he enseñado y un collar con esta forma colgado del cuello, era su destino …- me las volvió a señalar- entonces …¿tu familia proviene de un licántropo y de un vampiro? –dije, y él asintió con la cabeza- y tú …¿me crees?- para mi asombro le creía.- sí, te creo-dije, el sonrió y me acarició la barbilla- El niño resultó ser humano, para asombro de los padres, pero tenía habilidades que ningún otro humano poseía, una gran agilidad, una rapidez extrema, un olfato agudo… con el tiempo las fue perfeccionando.- le mire a los ojos y le pregunté- ¿Y si tus antepasados eran licántropos y vampiros, porque luchas contra ellos?- él sonrió.-Mis antepasados odiaban a los vampiros. El vampiro jamás pidió serlo, así que luchaba contra los de su especie, y por lo que se refiere a la loba, su padre jamás vio con buenos ojos su relación con el vampiro así que siempre intentaba matarlo, y la loba se enfureció y deseo jamás haber pertenecido a la tribu de los quileute, así que empezó a atacar a todo aquel que se acercará a su familia. De generación en generación, a los Shuno se nos ha inculcado el defender a los humanos de esos seres, y es así como será siempre. –me acarició la mejilla y instintivamente cerré los ojos y agarré la mano que palpaba mi rostro, noté sus labios junto a los míos, y se desvaneció el enfado que tenia por el desprecio mostrado los últimos días- Te quiero-le susurre sin dejar de besarle, me aprisionó contra su pecho desnudo y me besó en el cuello recorriendo mi brazo con su mano cálida.

Fue la mejor noche de mi vida, el cuerpo de Marcos Shuno y el mío se fundieron en uno solo, cuando me desperté aún podía notar su dulce aroma en mi piel.


(Idea original de Stephanie Meyer// Idea del Fic: Ann, Vero y Ale)



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